Todos sabíamos que podía pasar en cualquier momento, pero nunca podíamos sospechar que fuera a ocurrir tan pronto y de esta manera. Una serie de informes desclasificados por los servicios secretos asturianos nos han dado la clave para comprender todo el entramado. Agarraos fuerte a la silla, dadle un trago a esa petaca de four rouses que escondéis en la funda del iPod y preparaos a leer una historia más increible que la del «Código Da Vinci» y el guión de «Marisol rumbo a río» juntos. La historia jamás contada de Mario Ballano, o deberíamos decir «Paaabloooooo Castrooooooooo» (voz misteriosa)
Todo empieza allá por junio del 82, un soleado día en la dura estepa castellana…

«Güeeeeeee!», «Güeeeeeeeee!». Un llanto atronador invade la fría estancia del Quirófano 9 en la planta de maternidad del hospital civil «virgen del pilar!». En la sala contigua, bajo una densa humareda gris, mezcla de las hojas secas y agonizantes de tabaco norteamericano y trujas, 4 hombres esperan el resultado de años de investigaciones y millones de dólares gastados. Pocos minutos después, el sonido inconfundible de los zuecos de la enfermera resuena por el lúgrube pasillo, cada vez más cerca. Hasta que de pronto, es perféctamente audible dentro de la habitación. Como un resorte, los 4 hombres se levantan al unísono. La enfermera abre la puerta y les muestra el bebé.
Una sonrisa, de las que se conforman con unos labios apretados y unos dedos intentando estirarlos, aparece en sus caras.
24 años después, los servicios secretos asturianos, más conocidos como «la gaitasi», desclasifican una serie de documentos entre los cuales se encuentran los informes de seguimientos a diplomáticos y militares americanos. Uno de los diplomáticos, Morgan Jiman, ahora viviendo plácidamente su jubilación en una urbanización (antes parque natural) en el litoral levantino, accedió a hablar sobre un proyecto áltamente secreto mencionado en dichos informes: el «proyecto Binagres».

«Bajo el nombre de «Proyecto binagres», se oculta toda una trama destinada a experimentar con la clonación de individuos, y su evolución en entornos separados.» comenta Morgan. El proyecto consistía en dos especímenes de control, ambos idénticos genéticamente hablando, pero implantados en distintos úteros. Una vez nacieran, nunca deberían encontrarse, creciendo en entornos complétamente separados, sin posibilidad de interferir uno con otro. De esta manera, se pretendía conseguir demostrar la prevalencia de la información genética y determinista frente a aquellas teorías más cercanas al libre albedrío, «la juerga genética solíamos decir».

Uno de esos especímenes de control era Mario Ballano, un alegre muchachuelo que jugaba a la ajedrez, agitaba alégremente su hucha del domund y pasaba el tiempo haciendo nudos marineros en los numerosos campamentos a los que solía acudir. Por otro lado, Pablo Castro, un niño nervioso y travieso, expulsado de varios colegios por urdir avanzadas tretas contra aquellos que osaban cuestionarle. «En sus ojos veo odio» llegó a exclamar un profesor en una junta extraordinaria, convocada por el APA ante la amenaza a la que tenía sometido al colegio. Todo esto cambia cuando tanto Pablo como Mario cumplen 13 años. En ese momento, Mario empieza a descubrir el alcohol, los porros, Manowar y LO QUE ES PEOR, el ensamblador de 16 bits. Por otra parte, Pablo Castro abandona su cruzada contra el mundo y descubre los lenguajes orientados a objetos.
Mario, ahora complétamente abducido por el lado oscuro de los microprocesadores desarolla una insaciable necesidad de destruir al mundo ya sea ingiriendo toda la cerveza existente o creando piezas de código que sólo un aunténtico hijo**** podría maquinar. Sin embargo Pablo, ha dejado atrás toda su violencia y disfruta creando clases, sobrecargando funciones y analizando constructores.

Así seguirán durante 11 años hasta que ambos, a petición de la cúpula de la inteligencia americana(liderada en aquel entonces por Tom Cruise) decidida a dar el carpetazo final al proyecto, influye sobre dos multinacionales del software para que les contraten y puedan seguir más de cerca su evolución en paralelo. «Los resultados nos asustaron»,sigue Morgan,» pudimos encontrar lo que llamamos -ciclos de intercambio sensorial- donde Mario y Pablo aun estando a miles de kilómetros de distancia adoptaban durante un corto periodo de tiempo las habilidades y características de la personalidad del otro». Así, sin ton ni son -A LO BOBO- podíamos ver a Pablo durante una cena en casa de los padres de su novia, un rancho púramente tejano y conservador, entornar puño en alto y voz en grito La Internacional, con los pantalones por las rodillas, para posteriormente proferir insultos,chascarrillos y amenazas contra los usuarios de Macro Assembler. Esto hacía llorar a Tom Cruise, indudáblemente. Mientras, Mario despertaba los recelos de sus colegas sugiriendo implementar unas rutinas de detección en Visual Basic .NET y pidiendo mosto en vez de Vino del Pryca.

Cuando los altos mandos del proyecto leyeron los resultados, decidieron ponerle fin, al ver cómo se les escapaba de las manos. Con la esperanza de que nunca más se supiera de ésto o al menos no se pudiera relacionar a estos dos individuos. Óbviamente no contaban con la Inteligencia Asturiana (IA) ni con el auge de los lenguajes .NET.

Finálmente, tenemos la prueba definitiva, un video de Pablo Castro en Microsoft, charlando, como si no pasara nada, sobre manejo y exposición de datos a través de internet. Pero fijaros bién , porque en sus ojos se puede ver todavía esos restos de lo que un día fue, los mismos jerseys, el mismo pelo, la misma mirada esquizo que tantas veces habréis visto a Mario.

http://channel9.msdn.com/showpost.aspx?postid=305985

«Sólo quiero olvidar», finaliza Morgan Jiman.

Y nosotros Morgan, y nosotros…

Pocos días después , Morgan Jiman desapareció en circunstancias misteriosas. Por ello, le dedicamos nuestro más sincero abrazo allá donde se encuentre y se le concederá la medalla al mérito deportivo a título póstumo.

NEVER SURRENDER MORGAN!!
NO PRISIONERS!!!
NO JUSTICE, NO BEER !!

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Si por un casual Pablo Castro nos llega a leer alguna vez, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Es todo producto de vuestra imaginación.